5:45. 6 de febrero de 2014. Uno de los equipos de vigilancia de la valla de Ceuta detecta a cerca de 200 inmigrantes en los montes marroquíes cercanos a la frontera del Tarajal. Es el inicio de un intento de entrada que acabó con la vida de 15 personas en aguas fronterizas. Los hechos suceden en España y Marruecos. La Guardia Civil actúa sobre aguas de España y de Marruecos.
El día anterior Charles había acudido a un locutorio junto a uno de los fallecidos. Llamaron a sus madres, relata meses después de los hechos. “Mamá, mañana estaré en España”, le dijo uno de ellos. Iker recuerda el inicio de la madrugada en el que tenía depositadas todas sus esperanzas. El día del “gran intento”.
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La Guardia Civil activa “el máximo nivel de alerta”. Moviliza varias unidades del Instituto Armado, incluido el grupo especializado en antidisturbios (GRS) y una de las patrulleras navales. Sin embargo, no avisará en ningún momento a Salvamento Marítimo ni a Cruz Roja.
El método de entrada irregular más utilizado por los inmigrantes en esta zona es rodear el espigón vallado, a nado.
El espigón del Tarajal se introduce escasos metros en las aguas fronterizas. La profundidad no es muy alta. Cuando la marea está baja, se puede llegar a rodear andando.
6:50. La patrullera marítima de la Guardia Civil, tras ser alertada de la posible llegada de inmigrantes, se posiciona a una milla del espigón del Tarajal. Se prepara para un posible intento de entrada, pero se mantiene alejada.
7:34. Llegada del grupo de inmigrantes a la carrera a la zona de obras próxima a la frontera del Tarajal, donde algunos agentes de las fuerzas de Marruecos intentan retenerlos sin éxito. Muchos subsaharianos portan neumáticos o balsas hinchables a modo de flotadores: saben que su opción es rodear el espigón a nado.
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Iker (nombre ficticio) era uno de ellos. Tiene pánico al agua. Pero estaba decidido a lanzarse al mar, sin alejarse de las piedras del espigón fronterizo, y rodeado de botellas de agua vacías para poder flotar.
7:35. Los agentes españoles piensan que el grupo de inmigrantes tiene planeado entrar de forma irregular por la aduana del Tarajal, “atravesándola hasta España”, según la declaración de algunos de los agentes recogida en la investigación interna de la Guardia Civil. Por eso la mayoría de los miembros del Instituto Armado se colocan en esa zona, cerca del puente internacional que conecta Ceuta y Marruecos.
Las personas de origen subsahariano tienen otro destino. Sus flotadores dan pistas: la playa del Tarajal, el espigón fronterizo, el mismo método por el que 91 personas lograron alcanzar Ceuta unos meses antes, el 17 de septiembre de 2014. El grupo continúa corriendo y pasa bajo el puente internacional. Según las declaraciones de los agentes, esto provoca descoordinación entre los diferentes equipos. Los miembros del Instituto Armado ya están preparados con material antidisturbios: armas para lanzar pelotas de goma, escudos, cascos y botes de humo. Se percatan de su dirección real y dan aviso a través de sus radios:
7:36. Los inmigrantes llegan a la playa marroquí colindante con Ceuta, solo separada de España por el espigón vallado. En estos momentos, los agentes marroquíes tratan de frenar su avance hacia la orilla. Los testimonios de los supervivientes apuntan que un grupo compacto entra en el agua justo al lado del espigón para rodear las rocas.
Cuando el grupo ya está entrando en el agua, varios agentes españoles se dirigen hacia la punta del espigón vallado cargados con el material antidisturbios.
7:38. Al menos dos inmigrantes intentan subir desde el agua a la parte española del espigón. Se acercan dos guardias civiles y se paran justo donde están quienes tratan de ascender por las rocas. Los subsaharianos caen al agua de forma inmediata.
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Continúan llegando agentes a la punta del espigón. Los antidisturbios comienzan a disparar material antidisturbios poco después de llegar al saliente fronterizo, según las declaraciones de los guardias civiles en servicio.
“Cuando llega a la zona Alfa 1 observa que en el espigón ya se encuentran desplegados varios agentes, tanto de su compañía y como del GRS y escucha detonaciones que proceden del referido espigón -antidisturbios- de Sevilla”. Declaración del capitán jefe de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta.
7:38. La mayoría de las personas que están en el agua en su intento de alcanzar a Ceuta se concentran en un mismo lugar: la esquina del lado marroquí del espigón. Es aquí, según los testimonios de los supervivientes y las declaraciones de los agentes en servicio, cuando se producen los momentos más dramáticos. Iker habla de “pánico” y echa la culpa al empleo de material antidisturbios. Charles destaca el agobio derivado del lanzamiento de un bote de humo sobre los inmigrantes. El ministro del Interior, los agentes en servicio y los supervivientes recalcan y describen este momento: el “apelotonamiento” de los inmigrantes para unos; los instantes de “desesperación” provocados por la actuación de la Guardia Civil, para otros.
“Escucha detonaciones que proceden del espigón, del mismo modo que aprecia que los inmigrantes continúan siguiendo la línea del espigón agolpándose un número importante de ellos en la misma punta, creando un embudo donde se puede ver como se empujan y apelotonan con la intención de pasarlo andando o a nado”. **Declaración del capitán jefe de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta. Fuente: Informe de la Polícía Judicial de la Guardia Civil de Ceuta. **
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Mientras los agentes veían a los inmigrantes “unos sobre otros” –según la versión de la Guardia Civil–, lanzan material antidisturbios sobre este grupo de personas concentrado en aguas marroquíes. Las imágenes lo muestran de forma clara. También disparan al horizonte para marcar la “línea fronteriza imaginaria” (que divide España de Marruecos) en el mar e intentar repeler el intento de entrada.
La Guardia Civil lanza un bote de humo sobre el numeroso grupo de inmigrantes que trata de llegar a Ceuta a nado. Estas personas se encuentran en aguas marroquíes, donde mueren los 15 inmigrantes según la versión oficial. No están técnicamente en España, pero las fuerzas de seguridad españolas tiran material antidisturbios hacia esta zona desde el espigón.
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La mayoría de los supervivientes contactados por eldiario.es se quejan de los efectos de respirar el gas lacrimógeno en el agua. Se tocan los ojos, la garganta, la nariz, y recuerdan lo vivido en aquellos instantes.
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Aturdido y en shok. Iker se quedó paralizado en la parte marroquí del espigón fronterizo, reconoce. Agarrado con un dedo a un pequeño hueco surgido entre las rocas. Su pánico al agua despertó tras escuchar el sonido de disparos de pelotas de goma y la desesperación que, según describe, surgió a su alrededor. El gas y el agua que tragó le dejaron “casi inconsciente”, asegura. Minutos después será rescatado. Una pequeña marca en su índice le recuerda cómo se aferró a las piedras para no tropezar al mar.
Cae una pelota de goma en el extremo del espigón, muy cerca del grupo de inmigrantes concentrado en punta más próxima al lado marroquí, unos segundos después del lanzamiento del bote de humo.
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Un agente pide precaución a sus agentes a través de las comunicaciones por radio para no golpear a los militares marroquíes con el material antidisturbios empleado para disuadir el intento de entrada.
“En algún momento se ve que la embarcación está en la línea divisoria. Entiendo que lo dice por eso. También lo puede decir en un sentido irónico, exagerado, lo que sea, no lo sé”. Secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, tras ser preguntado si los agentes españoles habían disparado a aguas marroquíes.
7:39. Una zodiak de Marruecos pasa a gran velocidad del lado marroquí al español. Tras frenar en la zona ceutí durante unos segundos, la embarcación retorna a sus aguas.
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Algunas declaraciones de la Guardia Civil deslizan la posibilidad de que esta entrada repentina de los gendarmes marroquíes en aguas españolas, cerca de donde se encontraba el grupo de personas que intentaba rodear el espigón, podría haber supuesto un “riesgo” para los inmigrantes.
“Observaba una embarcación de las fuerzas marroquíes donde se encontraba navegando entre las personas que nadaban tanto en zona española como marroquí, tratando de impedir que los inmigrantes continuasen en su empeño de llegar a España. Todo ello con el consiguiente riesgo que supone para los nadadores debido a las condiciones de luminosidad y el elevado número de personas y ausencia de señalización”. Patrón de la embarcación del Servicio Marítimo de Ceuta, en servicio el 6 de febrero
Los supervivientes subrayan que aquel día ocurrieron cosas fuera de lo habitual. Todos se sorprenden de la actuación de la Guardia Civil y por este motivo la recalcan. Esta vez, insisten, Marruecos les repelió con “palos y piedras” antes de introducirse en el mar, pero su actuación no fue tan contundente como en otras ocasiones. También señalan que los agentes alauíes les auxiliaron en el agua.
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Mientras, un agente de la Guardia Civil se posiciona en la esquina más cercana a Marruecos y comienza a disparar pelotas de goma hacia el grupo de inmigrantes en aguas marroquíes. La cámara térmica situada en el Monte Hacho capta al menos cinco lanzamientos consecutivos muy cerca de estas personas (si no llegó a ser sobre ellas). El miembro del Instituto Armado llega a inclinarse con la bocacha hacia los subsaharianos antes de disparar.
A su vez, cae material antidisturbios hacia otras zonas más alejadas, así como cerca de las pocas personas que nadan ya en aguas españolas hacia la orilla ceutí, muy próxima a las rocas fronterizas.
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El agente que dispara de forma consecutiva hacia el grupo compacto de inmigrantes continúa con los lanzamientos hasta que se acerca corriendo otro guardia civil. Este ocupa su lugar y permanece en la punta del espigón. Tras inclinarse sobre esta zona, la cámara deja de apuntar hacia este punto fronterizo.
“Que se dirige hasta el Tarajal y el mismo pide un fusil a un agente y varias pelotas, efectuando disparos a una distancia prudencial de los nadadores con intención de que los agentes que allí se encontraban imitaran la forma de realizar los mismos y una vez devuelta el arma se traslada a la playa."Declaración del Capitán Jefe de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta. Informe de la Guardia Civil.
El capitán, según su propia declaración, lanza tres pelotas con la bocacha de uno de sus agentes, “sin que su intención fuese dañar a los nadadores”. Asegura que no lo hizo como reacción a un “uso indebido de los medios” sino que quería demostrar que “su jefe se implicaba como ellos en intentar evitar el paso de la frontera”.
De forma casi consecutiva, varios agentes desplegados en la parte derecha del espigón disparan hacia la aguas españolas, cerca de donde nadan algunos inmigrantes de forma más dispersa. En primer lugar, el capitán jefe de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta, el mismo que mostró a sus agentes cómo disparar pelotas de goma, lanza varios objetos con la mano hacia esta zona.
“Observa que alguno de los nadadores nadaba en dirección al espigón y que le dio varias indicaciones verbales para que dejasen de nadar en esa dirección puesto que podrían golpearse con las rocas que conforman el mismo (...), que observando que hacían caso omiso recuerda que cogió una o dos pelotas de una de las bolsas que se encontraban en el suelo lanzándolas hacia la zona que se encontraba entre el nadador y el espigón”.
Unos segundos después, las imágenes muestran tres fogonazos lanzados desde el arma de otro agente que apunta a aguas españolas.
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Aún no está confirmado si hubo impacto de pelotas de goma sobre los inmigrantes, el informe de la ONG Caminando Fronteras incluye imágenes de supervivientes del 6 de febrero con contusiones visibles, acompañados de partes médicos. Ellos aseguran que fueron provocados por el material antidisturbios empleado por los agentes.
7:40. En este momento la única embarcación de la Guardia Civil presente en la zona, que hasta ahora se encontraba a una milla del lugar de los hechos, se acerca a los alrededores del espigón: la patrullera rígida Río Caudal, con unas características que, según su tripulación, impiden las operaciones de rescate cerca de las rocas y de la orilla.
Por este motivo, aseguran, no se auxilia a los inmigrantes que estaban, según sus palabras, “apelotonados” en la punta del espigón fronterizo a pesar de que los agentes vieron cómo “se desprendían de sus cuerpos los flotadores”. Las embarcaciones más adecuadas para este tipo de rescates no estaban aún por la zona a esta hora. La primera de ellas no llega hasta las 8 horas.
La Guardia Civil asegura que no se usó material antidisturbios desde las patrulleras. Algunos testimonios de los supervivientes indican lo contrario. En este momento los agentes situados en la orilla y en el espigón lanzan pelotas de goma y botes de humo hacia los inmigrantes.
“Debido a las condiciones de luminosidad, ruido, etc. no se observó que ninguno de los nadadores demandaba auxilio”. Patrón de la Patrullera Río Caudal del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, en servicio el 6 de febrero. Fuente: Informe Guardia Civil presentado en el juzgado.
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Varios inmigrantes consiguen superar el espigón y avanzan a nado por aguas españolas. En tierra, mientras un grupo de antidisturbios continúa en el espigón, varios agentes se dividen a lo largo de la orilla española, para esperar a que los inmigrantes abandonen el agua. Les hacen señales para que se aproximen.
Un pequeño grupo de subsaharianos llega a la orilla, donde son agrupados por las fuerzas del orden. Otros siguen avanzando, aproximándose poco a poco a un segundo espigón, más alejado de la frontera.
7:45. En la zona marroquí, un grupo de inmigrantes continúa en el agua muy cerca del espigón. La embarcación marroquí recoge a algunos de ellos. La patrullera española traspasa la línea imaginaria que separa las aguas nacionales de las marroquíes y se adentra en zona alauí.
La patrullera española vuelve a aguas españolas en un ir y venir que repetirá en varias ocasiones en los minutos siguientes.
7:46. Poco a poco varios inmigrantes llegan a la orilla, visiblemente muy débiles. Los agentes aseguran que no vieron a ninguna persona “lesionada” aunque reconocen que algunas estaban “magulladas”. Varios de ellos apenas se sostienen en pie una vez alcanzan territorio español. Un agente empuja a una persona, que se tropieza varias veces hasta llegar al grupo de inmigrantes que permanecen retenidos por tres guardias civiles en la arena. Otro agente arrastra a una segunda persona por la orilla.
La línea de guardias civiles se expande hasta el segundo espigón de la zona española, donde han conseguido entrar otros inmigrantes.
7:50. Unos siete agentes de la Guardia Civil con material antidisturbios continúan en la esquina del espigón. En ese momento un bote de humo es lanzado de nuevo desde la zona española a la marroquí. El artilugio cae sobre el grupo de personas que, envueltas por el humo, siguen nadando en aguas marroquíes, muy próximas las rocas. La mayor parte de los inmigrantes que antes se había concentrado en esa zona, había llegado ya a la orilla marroquí, donde los esperaban los gendarmes.
7:53. Después de ver varios cuerpos sin vida, los supervivientes se concentran en la playa. Algunos de ellos se muestran muy enfadados. Increpan a los agentes españoles desde la distancia, con gestos y gritos. Un gendarme marroquí intenta reducir a uno de ellos con un palo.
Por su parte, la Guardia Civil devuelve al grupo de personas que había reunido en la orilla española. Las cámaras de seguridad dejan de enfocar esa zona y, a su vuelta, no hay rastro de los inmigrantes. Un vídeo emitido por La Sexta recoge las devoluciones de varias personas:
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Esta operación, que el ministro del Interior califica como ‘rechazo en frontera’, es lo que se denomina ‘devolución en caliente’: expulsión ilegal de una persona según las leyes nacionales e internacionales. Hasta este día, el Gobierno negaba estas prácticas, que se realizaban en la clandestinidad desde 2005, según admitió más tarde Fernández Díaz.
Charles es una de las personas que, aunque pisó suelo español, fue devuelta a Marruecos. Asegura que los agentes le dispararon en la espalda cuando trataba de huir con el objetivo de permanecer en la ciudad a la que había logrado llegar. Nada muy bien, afirma, y por eso su estrategia era alcanzar una zona más alejada de la frontera. Conoce la Ley de Extranjería española y pensó que así se quedaría. Pero no.
7:56. Superados los instantes de mayor tensión, la tarea de los agentes se limita a recoger y devolver a los inmigrantes que continúan en zona española. Varios agentes esperan en el segundo espigón. Cerca, dos inmigrantes se mantienen a flote como pueden. Dos efectivos policiales aguardan en un saliente de roca más alejado de la frontera a que otras dos personas toquen tierra.
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En la zona marroquí apenas hay inmigrantes en el agua. En esos momentos, la patrullera española navega en aguas marroquíes y la balsa de los gendarmes recoge a varios subsaharianos. Iker vomitó cuando varios miembros de las fuerzas marroquíes lo sacaron del agua tras quedarse “casi inconsciente” sobre las rocas del espigón. “En la playa eché espuma por la boca. No era solo agua. Era el gas”, cuenta.
8:02. Los rescates en el agua comienzan también en la zona española. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) rescata a una persona que había quedado aislada entre los dos espigones españoles. Las características de su barca permiten el rescate en zonas cercanas a tierra, algo que, según la Guardia Civil, no es posible desde la patrullera que ha estado presente durante todo el intento de entrada en las aguas fronterizas. La conducen al espigón fronterizo y, cuando navegan cerca de las rocas, encuentran dos cadáveres en aguas marroquíes (muy próximos a la línea fronteriza). En un primer momento se disponen a cogerlos, pero reciben órdenes por radio de dejarlos. Supuestamente, las fuerzas marroquíes son las encargadas de recogerlos.
Uno de los cuerpos de los fallecidos, inmortalizado en una foto publicada por El Faro de Ceuta e incluída en el sumario judicial, queda sumergido junto a la esquina del espigón del lado marroquí, hacia donde varios agentes habían disparado pelotas de goma y gases lacrimógenos cuarenta minutos antes.
Cuando días después aparecen dos cuerpos en aguas españolas, el Instituto Armado recoge en sus informes la sospecha de que se trata de las mismas personas, al menos en el primero de los casos. De confirmarse la hipótesis de la Guardia Civil, los inmigrantes quedaron abandonados en el fondo del mar durante días.
8:09. Pese a sus intentos, los inmigrantes que habían llegado más lejos no se libran de la devolución. Custodiados hasta la valla, son expulsados ‘en caliente’. Sin identificación previa, sin tener acceso a un abogado y, por tanto, tampoco a solicitar asilo, como exigen las leyes nacionales e internacionales.
8:15. El teniente coronel de Ceuta no se presenta en el lugar de los hechos hasta este momento, según su declaración recogida en el informe del Instituto Armado presentado en el juzgado. Sí estuvo informado del intento de entrada. Sobre las 7 de la mañana había recibido una llamada del Centro Operativo de Servicios de la Guardia Civil para advertirle del primer avistamiento. A las 7:40 volvió a ser alertado vía telefónica, cuando muchos subsaharianos ya estaban en el agua y ya había comenzado el uso de material antidisturbios.
8:16. La embarcación semirrígida de la Guardia Civil llega a la zona de la tragedia. A diferencia de la patrullera, esta nave sí está capacitada para hacer rescates en zonas más cercanas al espigón o a la orilla, pero no aparece hasta este momento. Como contaron los agentes en el informe oficial entregado a la jueza de Ceuta que investiga los hechos, la embarcación llega cuando “casi no quedaban inmigrantes en el agua”. Los buzos del Instituto Armado buscan cuerpos en el lateral de las rocas que da a España. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, declaró días después que en esos momentos no se encontraron cadáveres en las aguas españolas.
8:23. Varios subsaharianos que iniciaron la marcha a primera hora de la mañana no han salido vivos del agua. El mar no devolverá algunos cuerpos hasta unos días más tarde. Muchos dejan amigos, compañeros de búnker –especie de tienda de campaña hecha por ellos mismos–, de las frías y duras condiciones de los bosques de Marruecos. Iker despertó esa mañana junto a su ‘hermano’ Keita.
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En el gran grupo de personas que se concentra en la playa marroquí, un inmigrante con una sudadera blanca increpa a las fuerzas marroquíes. Grita con rabia hacia la valla tras la que continúan los miembros de la Guardia Civil. Mientras, persisten las expulsiones sin garantías de las personas que lograron llegar a España. Un joven atraviesa la puerta del vallado, cojeando, hasta la zona marroquí donde es abandonado por un agente.
8:26. El sol se levanta e ilumina la playa de El Tarajal. Los inmigrantes saben que hay muertos, aunque aún no conocen los nombres de los 15 fallecidos. Un inmigrante logra zafarse de la línea de gendarmes marroquíes que los rodea y corre hacia la valla. Tira una piedra en dirección a la zona española, momento en el que es retenido por los militares marroquíes para que vuelva con el grupo. En su camino, el hombre se tira al suelo y patalea.
Más tarde, otros siguen sus pasos y arrojan piedras a la zona española. Los efectivos de la Guardia Civil abandonan poco a poco la pasarela del espigón. A partir de ese momento, se ocupan de todo los agentes marroquíes.
8:35. La orilla española ha quedado vacía mientras que, a solo unos metros, la marroquí aglutina cada vez a más personas. Los inmigrantes esperan para recoger a los compañeros que no volverán frustrados a los bosques de Marruecos; aquellos que concluyeron su viaje entre las rocas y el agua.
Cargan con los cuerpos que les devuelven los gendarmes. Unos agarran de las manos, otros de los pies.
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Durante la próxima media hora, varios inmigrantes tiran piedras hacia la garita de vigilancia de la Guardia Civil y rompen los cristales. Son las imágenes que el Ministerio del Interior seleccionó en su primera difusión gráfica de lo sucedido. Los 200 inmigrantes llegando a la valla a primera hora de la mañana (aún de noche) y justo después los inmigrantes tirando piedras. Ya está.
Iker graba con el móvil a sus compañeros cargando con varios fallecidos, en la que aparece la cara de su colega de búnker. “Keita”. Cuenta que le quitó los zapatos para ponérselos sobre sus pies descalzos.
El viaje de 15 personas había terminado.
- eldiario.es
- Ministerio del Interior
- La Sexta
- Mediaset
- Informe 2014/101104/0000138 de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ceuta
- Sumario judicial número 0000123/2014 del juzgado número 6 de Ceuta.
- Pliego 192 del caso 0000123/2014. Denuncia registrada en la Fiscalía General del Estado.
